
En todas las estacions hay un kiosko.
La gracia de este es que está metido en los antiguos baños de señoras.
El de hombres debe ser un almacén.
Así que antes de montarte en el metro si quieres ir al baño en NY, entra a un Starbucks!
Hay que abrir la mirada, ampliar horizontes, salir, ver lo que está oculto detrás de cada puerta, de cada esquina, de cada metro por explorar. Tenemos que ser capaces de ver las cosas por primera vez y asombrarnos de que cada mañana salga el sol y cada noche la luna.
1 comentario:
Qué poca imaginación, en el baño de señoras podrían haber montado una peluquería o un make-up express. :-D
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