
Siempre me ha gustado encerrarme en el coche mientras lo metes en el tunel de lavado.
Los trapos giran y pegan en la chapa del coche creando un sonido muy peculiar.
Cuando llegas a la parte que el secador gigante empieza a soplar llevándose el agua, sabes que está a punto de acabar.
Esta parte siempre me da pena, me gustaría darle la vuelta al coche y volver a empezar.
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