Entre esta semana y la que viene hemos tenido diferentes visitas y con una de ellas me fui a Chinatown. Despues de las compras andamos hasta mi vietnamita favorito que lo cerraron sin avisar causándome un trauma bastante grave...
Pero como no podíamos no comer, decidimos entrar a uno de los muchos restaurantes que pueblan las calles de chinatown.
Para encontrar el adecuado hay que evitar las calles turísticas y los sitios pijos y demasiado limpios y modernos. Hay que observar que la carta solo esté en chino y que tenga abuelitos sentados doblando servilletas o haciendo pasatiempos. El ABC (34 Pell Street entre Doyers y Mott Street) tenía pinta de familiar, así que allá que nos aventuramos.
Primero nos trajeron el té verde, igual que hacen en China, ellos comen con té, y las cartas que afortunadamente tenían cosas traducidas al inglés.
Después de mucha charla porque el señor camarero estaba muy intrigado por el significado de los múltiples tatuajes de V. conseguimos pedirle un Pato Pekin y unos dumplings.
El pato lo llevan a la mesa como si de una paella se tratara y lo enseñan, despues lo dejan en la mesa de al lado y retiran la piel tostada y crujiente, metiendo un trozo esta, uno de pato, puerro y salsa dentro de un panecillo hecho al vapor.
Te dejan los panecillos preparados y lo que queda del pato en la mesa para que te acabes de servir.
Ya casi en el Lower East Side, una zona tradiccionalmente judía que poco a poco se va convirtiendo en parte de Chinatown, me encontré con este cartel. 
Lo que me atrapa de NY es que en cada rincón puede sorprenderte un lugar que nunca esperarías encontrar ahí.
A quién no le gustan los bloques de Lego? A mi me encantan, creo que lo que más me gustaba de pequeña era hacer casas y fuertes para que mi hermano los utilizara con sus muñecos.
Entre esta semana y la que viene hemos tenido diferentes visitas y con una de ellas me fui a Chinatown. Despues de las compras andamos hasta mi vietnamita favorito que lo cerraron sin avisar causándome un trauma bastante grave...
